miércoles, 26 de octubre de 2011

LA LLAMADA DEL MAR

El mar, la playa,
compañeros infatigables
de mi primeros recuerdos de verano.

El sabor de la sal, del agua evaporada
sobre mis labios, sobre mi piel.

Aquella agua helada y clara del inicio del día,
cuando no había nadie más en la arena ni en el mar,
solos la mar y yo.

Una fuerza inmensa
que hacía que me desnudase rápidamente,
sin esperar a nadie.

Aquella llamada del mar,
de este Mediterráneo que conozco y amo,
de aquel rumor que me hacía correr hacia el agua.

La impresión helada y fuerte del primer contacto,
y, rápidamente, a nadar  y a nadar
para que los dientes no me temblaran,
ni que el frío erizase mi piel.

Todo ésto, mientra se oía el grito agudo
de una gaviota solitaria
y mientras, el sol, aún tímido,
apuntaba por el horizonte.

Después, ya mas tarde,
el calor y la gente,
el ruido y los gritos de los juegos de los niños,
pero, antes, al alba,
estábamos solos yo y el mar,
aquel infatigable compañero
que me poseía
con toda la fuerza de un amante apasionado,
como si cada día fuese, la primera vez.

Aquel rumor de las olas
que parecían murmurarme:
ven..... no te vayas”
ven..... no te vayas”

Y mi carrera hacia el agua,
era siempre la respuesta.

NOTA: TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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