Un lugar en el cielo muy pequeñito,
un rincón perdido, bien escondido.
Es ese nuestro sitio, es nuestro espacio,
en el cual cada noche, nos encontramos.
Libres entonces ya de ataduras,
que nos separen, que nos aturdan,
tu alma y la mía allí vuelan,
a despecho de todos, se dieron cita.
Ese lugar perdido,
bien escondido, bien escogido,
guarda nuestros amores,
nuestros cariños.
Ese lugar pequeño, bien recogido,
hace nuestros encuentros, tan exquisitos,
que cada noche, y sin ninguna excusa,
a nuestra cita, tu y yo, acudimos.
Allí nadie nos molesta, nadie nos vigila,
hemos conseguido, vencerlo todo,
superar rencores, olvidar temores,
despejar las dudas,
y todos creen que nos han vencido.
Aquí, tu al lado de la otra,
tan dependiente,
aquí, yo a al lado de ese otro,
tan exigente,
cuando nos encontramos,
era ya tarde, para dejarles
sin destrozarles.
Sólo allí somos, esa pareja
que ha conseguido liberar sus almas,
de tal manera,
que cada noche logra el milagro
de vencer el tiempo y el espacio.
A ese rincón pequeño,
tan escondido, tan recogido,
que para siempre, y por siempre,
tu y yo escogimos,
como refugio de nuestras almas,
ninguno de ellos puede seguirnos,
pues hace mucho tiempo, que decidimos,
que una sola vida no era suficiente,
para ese amor tan fuerte, tan infinito,
que ni aún la misma muerte, puede extinguirlo.
NOTA: TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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