Amiga, mi muy querida amiga,
mi hermana, de mi vida,
mi más entrañable compañera,
me conoces tu, mejor, que cualquiera.
Desde hace más de 40 años,
me has visto jugar, cantar y reir,
en ocasiones envuelta por la tristeza,
y cuando la desesperación me atenazaba,
siempre me has regalado tu entrañable sonrisa,
tus certeros consejos, tu amable mirada
y la dulce tranquilidad de tu voz amada.
Días de trabajo, horas de diversión,
algunos cortos enfados,
vacaciones y viajes,
tonterías, sueños de amor,
muchas confidencias
y las inevitables tristezas
que la vida nos presenta.
Todo éso y mucho más
has compartido conmigo.
Siempre has sido, amiga fiel,
nunca me has decepcionado,
antes bien, me has ayudado,
me has abierto los ojos,
a mundos insospechados.
A tu lado, he crecido
como mujer y persona,
y aunque somos diferentes,
me has querido como soy,
animando mis aciertos
y sin juzgar mis defectos.
Por éso, querida mía,
mi compañera, mi hermana,
doy gracias al Destino y al Cielo
por haberte encontrado,
me siento orgullosa
de que me llames “amiga”
y deseo que ya nunca
esa amistad se extinga.
NOTA: TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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