Nunca a nadie he dicho lo que a ti te dije,
nunca contra nadie me estreché con tanta fuerza,
nunca a nadie quise como creo que te amo.
Reflexiva, arrogante y altiva,
fui tierra abonada para la conquista,
y sin hacerme de rogar demasiado
caí en la trampa de tus sabias caricias.
Mi cuerpo inexperto
se fundió con tu calor
y tu boca en la mía
gustó de mi sabor.
Tus labios en los míos
despertaron mi fuego
y me sorprendió un volcán
de sentimientos nuevos.
Nunca imaginé que un beso
fuera tan hermoso,
y me conquistó la dulzura
de tus labios golosos.
NOTA: TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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