De mi pluma fluyen palabras
que describen mis recuerdos,
mis sueños o mis deseos.
De mi pluma fluyen aventuras,
dramas y romances,
en ocasiones no vividas por mi,
otras veces experiencias
y reflejos de mi vida.
Fluyen fácilmente,
casi de mejor manera
que de mi boca y de mi voz
y sin embargo, son palabras sencillas,
sin demasiado estilo,
sin demasiada retórica,
en ocasiones sin rima ni métrica,
palabras,
que no creo que nadie considere
poemas o versos,
novelas o cuentos,
palabras que no sé ni como nombrar.
No describen nada nuevo,
poca cosa aportan,
pero algo me impele a escribirlas
sólo sé que debo hacerlo,
porque me lo piden el cuerpo y el alma.
Y las escribo
porque no quiero lamentarme
cuando haya pasado el tiempo,
no haberlo hecho por miedo al ridículo,
y porque no quiero ser invisible.
Con mis palabras,
quiero también ser la voz
de otros que no se atreven a gritar,
para que nos oigan a todos,
y que del mundo los gobernantes,
no puedan decir “que no sabían”
que no les llegaba la voz del pueblo.
Quiero reunir muchas y muchas voces
para explicar alto y claro, rotundamente,
lo que está pasando,
Adonde nos está llevando, inflexiblemente.
Quiero unir muchas y muchas voces
para que el clamor haga despertar
muchas conciencias,
para que los que nos gobiernan,
si aún son capaces,
sientan vergüenza,
y que para que por fin, comprendan
que no nos mandan, que tan sólo,
y únicamente, nos representan.
NOTA: TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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