Leve, el rictus de tus labios,
en los que distendida y tenue tu sonrisa luce,
de la luz de tu mirada, acompañada,
que sumadas hacen que al mirarme,
expresen tu deseo de mi y de mi entrega,
solicitando mis amores y caricias,
prometiéndome la dulzura de tus labios,
el calor de tus manos y la ternura de tus brazos,
que consiguen que el fuego mis venas invada
y que el rubor me asome a las mejillas,
ansiando responder a esa llamada,
pues mi cuerpo siente la urgencia,
de lo que mi alma y mi corazón,
también de ti, demandan.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario