Prisionera de mi cuerpo que me siento,
y es tanto el dolor que me atenaza,
que no encuentro alivio ni un momento.
Encerrada estoy en ese cuerpo
en el que casi no me reconozco,
con el cual disfruté tanto antaño
y que hoy al mirarlo me hace daño.
Mi espíritu y mi alma, siempre libres,
sienten lástima y dolor por ese cuerpo,
con el cual no puedo aunque lo quiera,
moverme en la realidad más inmediata.
Mi pobre y cansado cuerpo del presente,
instrumento precioso del gozo de otrora,
y con el cual experimenté
el amor, el placer, el deseo,
y todo lo que la vida ha de hermoso.
Aquel cuerpo,
tan sensible, tan elástico, tan firme,
envoltura de mi alma,
vehículo de mi espíritu,
aquel cuerpo añoro.
¿En qué momento, en qué hora
se rompió el equilibrio,
entre mi cuerpo y mi alma?
¿porqué causa?
Intensamente he vivido,
y de todo he gustado,
quizás ahora, de la vida
deba explorar el otro lado.
NOTA: TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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