viernes, 16 de diciembre de 2011

AMANTES EN EL TIEMPO

 










ESTA NOVELA SE HA PUBLICADO EN 15 DE DICIEMBRE DE 2011

PUEDE ADQUIRIRLA SI LO DESEA PIDIENDOLA A LA AUTORA, A LA EDITORIAL CIRCULO ROJO O EN EL SIGUIENTE LINK:

http://editorialcirculorojo.com/publicaciones/c%C3%ADrculo-rojo-novela/amantes-en-el-tiempo/




  SINOPSIS

 Después de la muerte de su abuela, Frieda recibe sorprendentes informaciones sobre su familia. Su tío Alexander le entrega una serie de documentos y fotografías de sus abuelos maternos. Conoce entonces la historia del amor que los unió y que a pesar de las dificultades y de los horrores de la IIa guerra mundial, permaneció inalterable hasta la muerte de ambos.

A continuación algunos capítulos de la obra.

XIII

Alrededores de Belfort (en el Franco Condado), Francia, finales de agosto de 1944.

La lluvia caía con fuerza. Un viento racheado empujaba el agua hacia los cristales del coche. La oscuridad reinaba por doquier, sólo rota por las luces de los faros del vehículo y por los numerosos relámpagos.

Una fuerte tormenta, presagiada por el intenso calor que habían soportado los pasados días, había estallado por fin.

El coche avanzaba, aunque no con gran velocidad puesto que el viento y la lluvia lo impedían. El chófer, al volante estaba muy atento a la carretera.

Los otros dos ocupantes del vehículo se mantenían en silencio. El hombre uniformado miraba a la mujer que sentada a su lado y vestida con un elegante traje de noche de color violeta, con los hombros al aire, sólo cubiertos por un liviano chal de encaje negro, parecía rehuir su mirada.

Dominique Thiebaud era aún muy hermosa y aunque ya no tenía la lozanía de la joven de la que él se había enamorado en el pasado, había ganado en muchos aspectos.

!Que conmoción sufrió cuando, acabado de llegar del Cuartel General de su cuerpo de ejercito, Gustav Kreuse, su mejor amigo y su más eficiente subordinado, le había llevado hasta ella, para presentársela y que la saludase, ya que era la propietaria de “La Redoute”, la propiedad y el vasto edificio que habían ocupado como Cuartel General de su división! !Era ella, Dominique, la única mujer que había amado y que había desaparecido bruscamente de su vida hacia casi doce años!

Al reconocerlo, también ella se había sobresaltado y aunque intentó disimularlo, sus ojos brillaron intensamente.

El se había inclinado ligeramente ante ella y Dominique lo saludó con un elegante movimiento de cabeza. Sin dejar ver que ya se conocían, se cruzaron las educadas palabras propias de la ocasión. .

Era la hora de la cena y estaba invitado a la mesa de ella junto con Gustav y Monsieur Moulins, un hombre ya mayor, y a quien le habían presentado hacia unos momentos, como el administrador de la propiedad.

Mientras cenaban la estuvo observando y notó la emoción que ella sentía y sus bravos intentos de aparentar normalidad. En cuanto acabó la cena y ella les comentó que pasasen al salón en el que les serían servidos café y unos licores, pensó que era el momento de finalizar con aquella farsa y le dijo:

Deseo hablar con Madame a solas” - a ellos - “ Señores, les ruego nos disculpen.”

Observó el asombro reflejado en la miradas de su amigo y del administrador.

Dominique asintió y precediéndole le guió hasta la biblioteca de la casa.

Una vez en esa estancia, la mujer cerró la puerta y se volvió hacia él.

Sus miradas se cruzaron con gran intensidad. Ella se estremeció.

!Explícame”! Le ordenó el hombre vivamente.

Al notarlo tan distante, Dominique se sintió herida por su frialdad. pero sabía que merecía una explicación.

Sentémonos” – dijo.
         

                                                            IX


Se sentaron en dos sillones delante de la chimenea de la estancia. La habitación era bastante amplia. Armarios con estanterías cubrían las paredes. Encima de la chimenea había un gran retrato al óleo de una mujer aún joven y bonita con un vestido de noche a la moda de unos años atrás.

El hombre preguntó:

¿Porque no volviste? ¿Porque no te molestaste en hacerme llegar alguna explicación?”

No me fue posible. No me lo permitieron”.

¿Quienes?”

¿Recuerdas que marché a mi casa para celebrar la Navidad?”

Él asintió.

Siempre la había pasado con mi familia y papá me había escrito, rogándome, casi ordenándome, que fuese a casa”.

Dijiste que era sólo por unos días, pero no regresaste”.

No pude. Me lo impidieron”.

Notó que él no la creía.

Llegué a casa el día antes de Navidad y mi padre daba una cena con diversos invitados. Cuando acabase la cena, debíamos ir a la Misa de Medianoche”.

Jurgen esperaba expectante.

Después de la cena, me sentí mal, sufrí un fuerte mareo y me desvanecí. Los días anteriores ya no me había sentido muy bien”.

Sí, recuerdo que los dos estábamos resfriados”.

Entre los invitados estaba el médico de la familia y mientras estaba sin sentido me examinó. El resultado de su examen le hizo sospechar que pudiera estar embarazada y cuando recuperé el conocimiento, me hizo algunas preguntas que le confirmaron el diagnóstico”.

Jurgen Rossenmüller se levantó alterado.

¿Estabas encinta?”

Sí”.

!Dios!”

Volvió a sentarse, anonadado por la sorpresa.

Ella continuó explicando:

El doctor era muy amigo de mi padre y tan chapado a la antigua como él. En lugar de hablar conmigo, inmediatamente, informó a papá de lo que sucedía. Mi padre vino a mi habitación y muy enfadado me exigió una explicación”.

Jurgen la escuchaba atentamente. Ella continuó.

Cuando le expliqué lo nuestro y supo que tú eras alemán se indignó muchísimo pues era de un nacionalismo exacerbado y no podía soportar a los alemanes. Tú sabes que entre nuestros dos países no siempre han sido fáciles las cosas. Papá había combatido contra vosotros en la última guerra”.

El hombre asintió.

Yo no le había explicado nada de nuestra relación porque sabía que él no la aceptaría y por éso precisamente, quería aprovechar aquellos días de Navidad para intentar convencerlo. No me dio tiempo”.

Me dijo que era una cualquiera, una puta, que había ofendido el honor de la familia acostándome con un hombre con el que no estaba casada y que no dejaría que nos volviéramos a ver. Que me quitase de la cabeza la idea de volver a París.”

Se fue dando un portazo y me dejó encerrada en mi cuarto. Dio órdenes a la servidumbre de no dejarme salir hasta que volvieran de la Misa de Medianoche”.

Estaba asustada pero al mismo tiempo me sentía contenta con la noticia de que iba a tener un hijo tuyo y pensé que acabaría cediendo y todo se resolvería”.

Pero no fue así. Me equivoqué por completo. Cuando volvieron de la iglesia, se reunieron en cónclave familiar mi padre, mi hermano y un matrimonio, primos de mi padre, que junto a su hijo, estaban pasando unos días en casa”.

Ya muy tarde, mi hermano y mi padre, subieron a mi habitación para hablar conmigo”.

Mi hermano me preguntó si estaba dispuesta a abortar. Papá no se había atrevido a planteármelo ya que era un hombre de profundas creencias religiosas”.

Yo indignada le contesté que no, que estábamos enamorados y que nos queríamos y que de ninguna manera pensaba hacerme perder un hijo tuyo”.

¿Te negaste a hacerlo?”

Sí”.

Después de volver a insistir sobre la pérdida del honor, y sobre mi desagradecimiento por todas ventajas de las que había disfrutado siempre, me informaron que habían acordado con los primos de mi padre, que vivían en España que marcharía inmediatamente con ellos, que pasaría allí todo el embarazo y daría a luz allí. No iba a volver más aquí, a mi casa, porque ellos no querían soportar la afrenta que representaba que yo diese a luz un bastardo”.

Les rogué y les supliqué que me dejaran contactar contigo y también les dije que tu me querías y que deseabas casarte conmigo, pero no hubo manera alguna de convencerlos. Salieron de mi habitación y volvieron a dejarme encerrada”.

Quise llamarte por teléfono pero no me dejaban un momento a solas. Te escribí una carta explicándote lo que estaba pasando, pero la interceptaron y la destruyeron”.

Mi hermano movió varios hilos para que no me pudieras localizar. Pudo hacerlo porque tenía amistades muy influyentes. Nuestra familia era importante en la región. En nuestro círculo, los escándalos familiares se silenciaban por lo que ellos llamaban “decoro” ya que se suponía que las personas de nuestra clase social debíamos dar ejemplo”.

Quise huir pero me tenían controlada y vigilada constantemente y no pude librarme de ellos. Por otra parte, el embarazo me sentaba mal y tenía muchos mareos y vomitaba sin cesar. La verdad es que me sentía asustada, muy deprimida y sin fuerzas para nada”.

Dos días después de Navidad, no tuve mas remedio que subir al automóvil de los primos de mi padre y partir para España”.

Fue un viaje espantoso. Me sentía fatal. Las carreteras no eran buenas y yo tenía muchas nauseas. Había bastante nieve. Tuvimos que parar varias veces. Parecía que no íbamos a llegar nunca a nuestro destino”.



XIV



Jurgen volvió a levantarse.

¿Tuviste el bebé?”

Sí”.

¿Niña o niño?

Un niño: Alexander. Cuando nació y me lo pusieron en los brazos me sentí tan feliz como no me había sentido desde el día en que dejamos de estar juntos. Me llenó de dicha. !Era nuestro hijo! !El era lo único que me quedaba de los días de nuestro amor, de aquellos meses tan felices que pasamos juntos y que me confirmaba que todo aquéllo había sido real, que no era sólo un sueño!”

¿No pudiste avisarme?”

¿Cómo? Me tenían muy controlada. No me dejaban salir sola a ninguna parte. Me vigilaban constantemente”.

¿Dónde está nuestro hijo?”

Aquí”.

¿Aquí?”

"Sí. Ahora tiene once años”.

!Quiero verle!”

Está durmiendo. Mañana lo conocerás”.

No. Vamos a verle. Necesito verle. Ya procuraremos no despertarlo”.

Ella comprendió que no podía negarse.

De acuerdo”.

Salieron juntos de la biblioteca y subiendo la escalinata principal del edificio, fueron hasta el lugar donde el muchacho tenía su habitación, muy cerca de la de su madre, en el primer piso.

Dominique abrió la puerta con sumo cuidado para no despertarlo y entraron en el cuarto sin hacer ningún ruido.

El chico dormía pacíficamente y se oía solamente el leve ruido de su respiración. La luz de la luna, a través de la ventana, con las cortinas aún sin correr, iluminaba su cabeza sobre la almohada.

Jurgen lo miró y se asombró de lo mucho que se le parecía. Los oscuros cabellos ensortijados como los de él. Se sintió conmovido.

Retrocedieron y salieron de la habitación.

¿Que te ha parecido?” -le preguntó ella.

Parece un chico magnífico”.

Lo es. Inteligente, de buen carácter, cariñoso, educado, amable y de buen corazón. También algo travieso. Cuando hables con él te darás cuenta de ello. Mañana vendré con él para que lo conozcas”.

¿Que sabe de mi?”

Nada. Cree que es hijo de mi marido”.

Volvamos a la biblioteca”.

Regresaron a la habitación y se sentaron nuevamente.

El le preguntó:

¿Cómo es que te casaste? ¿Quién era él?”

Mi primo Fernando Thiebaud, el hijo de los primos de mi padre. Después de nacer el bebé me pidió que me casara con él. Yo le dije que no le amaba, que te quería a ti pero me aseguró, riendo, que nunca iba volver a verte. En aquel momento, le odié por decirme ésto, porque en el fondo yo tenía aún la esperanza de volver a encontrarte algún día”.

Pero fue pasando el tiempo y nunca supe de ti. Fernando me rodeaba de atenciones. Parece ser que siempre estuvo algo enamorado de mi. Jugaba con Alexander y ambos se cogieron mucho cariño. Sus padres también querían al niño y mi padre y mi hermano aprobaban la idea de ese casamiento”.

Finalmente, acepté ser su esposa sin engañarle respecto a que yo no había podido olvidarte y que te amaba, pero que había perdido completamente las esperanzas de volver a verte. Estuvo conforme con aceptar lo que yo pudiera darle y me dijo que reconocería a Alexander como hijo suyo. Esto último fue lo que me hizo aceptar este enlace. No quería que el chico cuando creciera no tuviera a su lado una figura masculina que le sirviese de referencia”.

Nos casamos y a los pocos meses, España entró en guerra. La casa en la que vivíamos estaba en un pueblo de la costa mediterránea, Llansá, no muy lejos de la frontera francesa y allí no nos sentíamos en peligro. La región permaneció fiel a la República y la guerra parecía estar muy lejos”.

Pero Fernando se alistó con las fuerzas republicanas y murió en el frente de Extremadura”

Después de su muerte, mis suegros ya no fueron los mismos. Era su único hijo y le querían con locura. Continué viviendo con ellos. Mi suegra perdió la memoria, luego enloqueció y murió al poco tiempo. Su marido vivió algo más pero, a los pocos meses sufrió una derrame cerebral y también falleció”.

Las cosas se iban poniendo muy mal en España. Los diferentes frentes iban cayendo y las fuerzas franquistas iban avanzando. Los bombardeos eran incesantes. Después de hacerme cargo de la herencia de mi suegro, que había testado en favor de Alexander, decidí vender la casa y volver a mi país en otoño de 1938”.



XVI



Pasé unos días en París intentando encontrarte y después de que contactara con la portera del piso que tenías alquilado cuando estábamos juntos y que ella me explicase lo mal que lo habías pasado cuando desaparecí y que intentaste por todos lo medios saber de mi, decidí ir a buscarte a Berlín, ya que cuando marchaste le dejaste tu dirección allí”.

¿Fuiste a Berlín?” - Inquirió incrédulo.

Sí. En noviembre de 1938. Entre la herencia de mi suegro y el dinero de la venta de la casa de Llansá, disponía de medios suficientes para poder desplazarme cómodamente y hacer lo que me viniese en gana. Era una mujer independiente económicamente”.

Estuve una semana en Berlín. Busqué en la dirección que me habían dado y una mujer, vecina del edificio de tu apartamento me dijo que estabas en el Ejercito, que habías vendido el piso y que hacía mucho tiempo que no te había visto. Intenté localizarte pero me encontré con un hermetismo total en las oficinas gubernamentales. Nadie sabía nada. Nada pude averiguar”.

En aquellos días me hallaba en Checoslovaquia”.

El ambiente que había en Berlín no me gustó nada. Me sentía inquieta e insegura y finalmente, decidí volver a Francia y me afinqué en Cannes”.

¿No volviste a tu casa?”

No. Estaba resentida con mi padre y mi hermano porque nos habían separado y no me sentía con ánimos de perdonarles”.

Más tarde, ya en plena ocupación alemana, mi hermano fue muerto en Dunkerque y papá, que ya estaba delicado de salud, cuando se enteró se puso muy mal. Mandó llamarme y cuando supe que estaba muy enfermo volví a casa para ocuparme de él. Murió a los pocos días”.

Me quedé otra vez sola, con nuestro hijo y viuda, muy adinerada, éso sí, porque habiendo muerto mi hermano sin casarse y sin hijos, toda nuestra fortuna y nuestras propiedades han pasado a mi. ¿Que ironía verdad? Soy ahora la única que puede velar por el honor familiar”.

¿Llegaste a querer a tu marido?”.

No, no le amé. Pero se portó muy bien conmigo y con Alexander y llegué a apreciarle”.

¿Que le vas a decir de mi a nuestro hijo?

Pienso que de momento, lo mejor será que le diga que somos antiguos conocidos. ¿Te parece bien?”

Jurgen asintió.

¿Tienes algo más que decirme?”

Dominique preguntó:

¿Te has casado?”

Negó con la cabeza:

No. Lo que pasó entre nosotros no me dejó con ganas de volver a intentar nada en este sentido. No he querido atarme a nadie”.

Dominique no se atrevió a preguntarle si todavía la amaba.

!Siento tanto que las cosas hayan ido así! !Podía haber sido todo tan diferente!”

Ha pasado ya mucho tiempo”.

Sí”. - asintió ella – “Si no quieres nada más voy a retirarme. Me duele un poco la cabeza y me siento muy cansada. Te ruego me disculpes con Moulins y con el coronel Kreuse”.

Se levantaron y Dominique fue hacía la puerta.

Buenas noches, Jurgen”.

"Buenas noches. Te espero mañana con Alexander”

Ella asintió y salió de la estancia. Cuando llegó a su habitación, se desnudó y preparó para meterse en la cama. Pasó una hora, sin que consiguiese conciliar el sueño.

Se levantó y abriendo una libreta en que solía anotar sus impresiones sobre las cosas, escribió sobre la sorpresa de haber vuelto a encontrar a Jurgen.

Después de que ella marchase, Jurgen salíó de la biblioteca y bajando las escaleras volvió al salón donde le esperaban los otros dos hombres.

Disculpó la ausencia de Dominique, se sirvió un brandy y encendió un cigarro puro.

Estuvo unos minutos hablando con ellos y después de darles las buenas noches, dijo que deseaba tomar el aire y salió al jardín.

Tenia que digerir todo lo que Dominique le había explicado y estuvo un buen rato meditando sobre lo ocurrido aquella noche y en todos aquellos años. Sobre sus sentimientos sobre todo ello y sobre la gran sorpresa que había tenido al saber que tenia un hijo.

Los recuerdos volvieron vivamente.


RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS

2 comentarios:

  1. Soy Alfredo, el que estuvo en el "bok"de Urgencias, siguiente al tuyo, del Hospital de Granollers, cuando estuviste ingresada. He leido el libro y me ha encantado. Eres muy romántica. ¿Para cuando la siguiente novela?

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  2. Hola Alfredo, me acuerdo de tí. Te agrfadezco tu elogio. Este año publicaré otra.
    un saludo

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