miércoles, 8 de febrero de 2012

LA CULPA FUE SOLO MIA

 

Mía fue la culpa por creer en tus palabras,

                                              y en las cosas hermosas que me decías,

por dejarme conquistar por el eco de tu voz,

por enamorarme de ti sin conocerte,

por creer que a mi vida volvía otra vez el amor.



Mía fue la culpa por acostumbrarme

a tus llamadas y mensajes

por creer que alguien pensaba en mi

y se emocionaba conmigo.



Mía y sólo mía fue la culpa

por pensar que era cierto lo que afirmabas,

tus deseos de no estar sólo, de volver a enamorarte

y de vivir un gran amor.



Mía fue la culpa por llegar a pensar

que podríamos unir nuestras soledades,

y conseguir que, juntos, el camino fuera más fácil.



Mía fue la culpa por disfrutar hasta la locura

con el calor de tus besos y tu forma de acariciarme,

por gustarme el sabor de tus labios y el olor de tu piel.



Mía fue la culpa por sentirme feliz a tu lado,

por sentirme protegida entre tus brazos,

porque me desarmaran tus caricias

y por mi ingenuidad dejándome seducir por todo ello.



Mía fue la culpa por querer mimarte y hacerte feliz,

por atreverme a hacerte el amor intensamente,

sin restricciones ni barreras,

por intentar conseguir que llegaras conmigo

a ese lugar recóndito y maravilloso,

donde dos seres se entregan el uno al otro y

en el cual el placer se funde con el amor.



Mía fue la culpa por creer, necia de mi,

que lo habíamos conseguido,

que mi caricias te gustaban,

por creer que lo que yo sentí,

tu lo habías compartido.



Me engañé hasta el desengaño,

ya que en efecto, la culpa fue sólo mía,

pues ni sé lo que ha pasado,

ni el porqué de tu silencio,

ni en qué momento de nuestro encuentro,

se perdieron para ti

la ilusión, el encanto y la magia.



Efectivamente, amor mío,

la culpa fue sólo mía por ilusionarme,

por enamorarme de ti y por amarte,

por pensar que compartíamos algo hermoso,

por echarte de menos y desear tu caricias,

por ansiar sentirte a mi lado,

cuando tu silencio me ha demostrado,

que ya nada quieres conmigo.


TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS


2 comentarios:

  1. Señora Carmetta,

    Gracias por este poema que relata hoy como me siento después de conocer a alguien que me enamoró y ya no volvió más. Dios la bendijo con ese don..
    Saludos desde Bogotá
    Gloria

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  2. Hola Gloria,

    No dejes caer la toalla ni perder la ilusión por el amor. Siempre hay un nuevo amanecer. Con los años se aprende que aunque un abandono y una ausencia puedan hacer mucho daño, las personas tenemos recursos interiores suficientes para superar ese duro trance y si poseemos la capacidad de amar incondicionalmente y con grandeza, somos afortunados, porque de la misma manera que sufrimos mucho en algún momento, también tenemos la suerte de que podemos disfrutar de los momentos positivos de una manera que no todo el mundo logra sentirlos. Quizá nos enamoramos de seres que no pueden comprender la intensidad de nuestra entrega y cariño y que no merecen que los amen de una manera total y apasionada. Aunque, a priori, parezca que perdemos con su abandono, en realidad los que pierden son ellos, por no estar a la altura de nuestros sentimientos. !Animo y un abrazo! Carmetta.

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